BODA CLÁSICA EN BLANCO EN LA COLEGIATA DE BAIONA Y PAZO DE CEA

El acceso al templo se transformó con columnas cubiertas de hortensias blancas, una composición que resaltaba la arquitectura románica sin competir con ella. Las flores se integraban con la piedra antigua, creando un contraste suave y natural que invitaba a entrar.

Dentro, la decoración siguió la misma línea: una paleta completamente blanca, pensada para reflejar la luz y amplificar la calma del espacio. Cada rincón tenía ese equilibrio entre pureza y romanticismo que solo el blanco sabe transmitir.

Hay bodas que respiran elegancia sin necesitar grandes artificios, y esta en la Colegiata de Baiona fue exactamente así. Todo se centró en el blanco: limpio, luminoso y atemporal.

Tras la ceremonia, los novios salieron de la Colegiata entre aplausos y pétalos, subiendo al coche clásico, decorado con flores romanticas. Una imagen que lo decía todo: atemporal, romántica y sin exceso.

La celebración continuó en el Pazo de Cea, donde mantuvimos la estética blanca —centros florales etéreos, verdes ligeros y texturas suaves— para un ambiente luminoso y natural que acompañó la cena.

Fue una boda donde la tradición, la elegancia y la frescura se encontraron de forma muy natural.

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